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Foto del escritorDory Lansorena

RECUPERANDO LA VOZ

Actualizado: 14 nov 2019


RECUPERANDO LA VOZ

Rememoro la tarde torcida de mi vida

en la que comenzó a pudrirse mi cuerpo

y a llenarse de orgullo el sonriente impostor

que anegaba los cuencos de sangre y dolor

en los días que su negra alma se vestía de fiesta.

Rememoro la pérdida del suave tacto de las mejillas,

la forma concreta de la cabeza erguida,

e incluso que un día,

tuve la piel tersa, blanca y sin marcas.

En mi rutina sólo quedaba un insistente olor a alcohol y leche agria,

a sangre derramada y, orgullosa baba del impostor.

Bailaba al son que marcaba el verdugo;

dejando pudrir mi feminidad como residuos de piel y agua

que latían con gracia de autómata en la danza.

Ocultaba mi esencia de mujer en una oscura sima

en busca de una definitiva huida,

que, en aquella tarde torcida

bajo el indolente vaivén de las bombillas

transformó mi debilidad en osadía.

Comencé a escribir esta poesía,

con el último aliento de un alma que desenterré para volver a vivir,

sirviendo como último arañazo sobre la soga colgante de un pérfido destino,

como tabla para alcanzar la orilla

y gritar al miserable y violento impostor:

¡hijo de perra, sigo aquí!

Que calladita no estoy más guapa

gritó mi derecho a decidir

con la rabia vistiendo los ojos

descorriendo las cortinas de mi existir

con la mirada puesta en el futuro

callando los labios que encierran mentiras.

No deseo seguir tragando verdades

decido tomar la palabra y anunciar

que no quiero entender tus reglas

porque borran mi esencia ocultándola en tinieblas

que mi alma no es mercancía en venta

ni mi rostro es un monstruo a desfigurar.

Que con el último aliento de valentía

reconstruyo el tesoro que existe en mi,

ya no me visto de culpas ni me cuestiono

entreno en el noble oficio de construir

escucho las voces de mis hermanas

y ayudo a abrir su mirada como asidero para exigir:

¡no más mujeres relegadas a los márgenes de la vida,

no más lágrimas póstumas de dolor;

recuperemos la voz de la necesaria justicia

en una sociedad ahíta de igualdad

sin necesidad de clamor!


2018 © Dory Lansorena

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