BOCA LLENA DE SILENCIOS

Los nervios están encendidos de miseria,

suenan como instrumentos desafinados

en las manos de un compositor atormentado

por el viejo deseo de impedir la melodía inacabada

en el meditado suicidio del lenguaje especial

que retuerce la innombrable lujuria del trágico final

cuando se marchitan margaritas con la lluvia de cerrojos.

Dejen de dar guerra para que llegue la paz,

mirad las margaritas que crecen sin odio

como promesas de amor en los campos.

Conozco bien el poder de la debilidad,

es el camino devorado por un sello sin postal

en la boca florecida de silencios listos para atronar

en la humildad de una boca llena de silencios

deslizándose a través de la fertilizada eternidad.

© Dory Lansorena